Por fin llegó el día, los chicos/as estaban muy ilusionados y tengo que reconocer que yo también. La mañana salió lluviosa pero no importaba.
Cogimos el autobús muy cerca del cole y a las 12´30 horas estábamos en el Palacio de la Isla.
Nos recibió Imnaculada, que muy amablemente nos acompañó por la exposición, comenzamos por la capilla de la Madre Tesesa, donde se puede ver una réplica a tamaño real de ella, dicho lugar de oración es muy sencillo y lo preside la Virgen de Fátima.
Siguiendo los expositores recordamos su vida, los cuales mostraban fotos en algunos casos o documentos escritos por la propia Madre en otros. Los chicos/as siguieron muy atentos las explicaciones.
Lo que les gustó mucho fue ver su partida de nacimiento así como el Premio Nobel de la Paz.
Pero sobretodo la réplica de su habitación.
Terminamos la visita con un video donde podíamos ver y escuchar a la Madre Teresa.
Para terminar decir que en todos los expositores se recogían frases suyas haciéndose más presente entre nosotros y aquí dejo algunas para la reflexión.
No
puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un
gran amor.
Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido.
Las críticas no son otra cosa que orgullo disimulado. Un alma
sincera para consigo misma nunca se rebajará a la crítica. La crítica es el
cáncer del corazón.
Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto para
llenar el corazón del que amamos.
La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco
veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la
paz.
Para que el amor sea
verdadero, nos debe costar. Nos debe doler.
El dinero sólo puede comprar
cosas materiales, como alimentos, ropas y vivienda. Pero se necesita algo más.
Hay males que no se pueden curar con dinero, sino sólo con amor.
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo
una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
No debemos permitir que alguien se aleje
de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
La paz comienza con una sonrisa.