sábado, 23 de febrero de 2013

Hemos comenzado la Cuaresma y para que los niños@ puedan saber cuando llega la Semana Santa hemos realizado un sencillo calendario donde podemos ir coloreando los días que van pasando y a la vez ver cuantos nos faltan.

viernes, 8 de febrero de 2013

lunes, 4 de febrero de 2013

El 6 de agosto de 1945, durante la II Guerra Mundial, los aliados
arrojaron la primera bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima. El mando
supremo aliado informó que 129.558 personas murieron, fueron heridas o
desaparecieron a causa del lanzamiento, y más de 176.987 perdieron sus
hogares. La población de Hiroshima en 1940 había sido de 343.698
habitantes. La explosión arrasó más de 10 km2 de terreno, cerca del 60% de
la superficie de la ciudad.
Cada año, el 6 de agosto, los japoneses recuerdan a sus muertos honrando
sus monumentos con grullas que lleven sus deseos de paz.
Cada 6 de agosto, desde 1947, miles de personas participan en una ceremonia
multiconfesional en el parque de la Paz, construido en el lugar en donde
explotó la bomba.
En 1949 el gobierno japonés nombró a Hiroshima santuario internacional de
la paz.
Hace algunos años, algunos artistas de todo el mundo, nos unimos
simbólicamente a ellos, plegando mil papeles en forma de grullas y
aportando nuestro esfuerzo por la paz.



Teniendo como referencia esto, los alumnos de 5º y  6º de Primaria han trabajado en la clase de Religión un precioso libro.



 
Historia de  
Sadako Sasaki


Hace ya 50 años que ocurrió lo que te vamos a contar.
Fue después de la bomba atómica sobre Hiroshima, al final de la Segunda Guerra Mundial. Seguro que has oído hablar de esta tragedia y de sus horribles consecuencias para la salud de los pocos que sobrevivieron, ¿verdad?
Pues pasó que Sadako Sasaki fue una de las niñas que no murió el día de la explosión, pero sí que enfermó de mucha gravedad – sufrió una leucemia- poco después, con 11 años, por la radiación atómica.
Cuando supo que estaba enferma, una amiga suya intentó animarla y le contó la tradición de las 1000 grullas de papel – hacer figuritas de papel es una tradición japonesa la tecnica se llama  Origami y se conoce ya en casi todas partes del mundo-
La tradición japonesa dice que– le contó a Sadako su amiga-
“concederán un deseo a aquél que consiga doblar 1000 grullas de papel como recompensa por el esfuerzo y la concentración que hacen falta para lograrlo.
Este trabajo se llama el Senbazuru”.
Entonces, su amiga hizo una grulla de origami y se la dio a Sadaho. “Aquí está tu primera grulla”. Y le deseó que se cumpliera su deseo, curarse de su enfermedad.
Sadako empezó a doblar grullas, una tras otra, intentando conseguir su deseo de curarse mágicamente.
Pero por desgracia, no lo logró.
 Murió en 1955 con 644 grullas revoloteando a su alrededor.
Conmovidos, sus amigos y compañeros de la escuela se propusieron terminar de plegar las mil grullas como un homenaje a su dedicación, y volverlas a plegar cada año para recordarla.
Así, se propusieron también contarles a otros niños de Japón y del mundo cual había sido su historia y la de tantos niños, que como ella, no pudieron sobrevivir a la bomba atómica.
Para que está historia estuviera presente todos los días, se propusieron hacer un monumento, una estatua de Sadako con una grulla que hoy está en el Parque de la Paz de Hiroshima.
Bajo ella está escrito:
“Éste es nuestro grito, ésta es nuestra plegaria: paz en el mundo”.
La historia de Sadako dio la vuelta al mundo y las grullas y el origami se convirtieron en símbolos de Paz, del rechazo a la guerra.




 ¡Adelante! ¡Haz tu propia grulla de papel!

viernes, 1 de febrero de 2013

¡Que nos vamos a ver a la Madre Teresa de Calcuta!


Después de esperar, sobre las 10´45 h cogimos el autobús que nos llevaría a Obispo Galarza.





Allí nos esperaba Inmaculada que muy amablemente nos invitó hacer un recorrido por la vida de la Madre, siguiendo los expositores.




 Lo que más les gustó fue su habitación.

Su capilla.
                                 

El premio Nobel de la Paz.

Así como un vídeo donde podían oírla habla.

 Llegamos al cole pasado el recreo pero como el cuerpo nos lo pedía, dedicamos un tiempo a reponer fuerzas antes de incorporarnos a nuestras clases.